Conocida por su vida cultural, arquitectura colonial y paisajes montañosos, Bogotá tiene raíces profundas que se remontan a los primeros pobladores de la región. Explorar la historia de Bogotá es adentrarse en un viaje a través del tiempo, que revela los orígenes de esta ciudad en constante evolución. Desde las antiguas civilizaciones indígenas hasta la fundación española, cada capítulo de la historia de Bogotá ha dejado una marca indeleble en su identidad.
En este artículo, te contamos 3 aspectos destacados de la historia de Bogotá, para que conozcas y te enamores más de esta hermosa ciudad.
Historia de Bogotá: Los primeros pobladores y la fundación de Bogotá
La historia de Bogotá se remonta a los tiempos precolombinos, cuando la región estaba habitada por los Muiscas, una civilización indígena perteneciente a la familia lingüística Chibcha. Estos primeros pobladores ocupaban las tierras altas y las faldas templadas entre el macizo de Sumapaz en el suroeste y el nevado del Cocuy en el noreste, en una extensión de unos 25.000 km2 que abarcan la altiplanicie de Bogotá y partes de los actuales departamentos de Boyacá y Santander.
Organizados en federaciones bajo el mando de líderes como el Zipa y el Zaque, los Muiscas desarrollaron una sociedad agrícola dispersa, con pequeñas aldeas y caseríos. Su economía se basaba en la agricultura, complementada por la caza, la pesca y la minería de sal y esmeraldas. Aunque no construyeron grandes ciudades como otras civilizaciones precolombinas, dejaron un legado cultural y económico significativo en la región.
La fundación de Bogotá como ciudad moderna se atribuye a Gonzalo Jiménez de Quesada, quien en 1538 estableció un asentamiento urbano en el territorio Muisca. Aunque no existe un acta de fundación oficial, se acepta el 6 de agosto de 1538 como la fecha de fundación de la ciudad. Ese día, según la tradición, el sacerdote fray Domingo de las Casas ofició la primera misa en una iglesia pajiza cerca de la actual catedral o del Parque de Santander. Así nació la ciudad de Santa Fe de Bogotá, que más tarde se convertiría en la capital de la Nueva Granada y, finalmente, de Colombia.
La Expedición Botánica y la influencia religiosa
Uno de los hitos más importantes en la historia de Bogotá fue la Expedición Botánica, liderada por José Celestino Mutis y financiada por el arzobispo-virrey Caballero y Góngora. Esta expedición, que tuvo su sede en Bogotá a partir de 1791, tenía como objetivo estudiar la flora nativa de América. Con la participación de destacados científicos como Francisco José de Caldas y Jorge Tadeo Lozano, la expedición contribuyó significativamente al conocimiento científico de la naturaleza americana.
Además de su importancia científica, Bogotá también fue un centro de influencia religiosa durante la época colonial. Órdenes religiosas como los franciscanos, dominicos, agustinos y jesuitas establecieron iglesias, conventos y escuelas en la ciudad, marcando el espíritu y las costumbres de los santafereños. La religión desempeñó un papel fundamental en la vida cotidiana y cultural de la sociedad colonial, ejerciendo un dominio ideológico y político que perduró hasta el siglo XVIII.
La Patria Boba y la lucha por la independencia
Durante el período conocido como la Patria Boba (1810-1815), Bogotá fue testigo de agitación política y conflictos ideológicos que aceleraron el proceso independentista de Colombia. Este período se caracterizó por enfrentamientos entre criollos, disputas ideológicas y la aparición de los primeros partidos republicanos. La Revolución de los Comuneros en 1781 y el grito de independencia del 20 de julio de 1810 fueron hitos importantes en esta lucha por la libertad y la autodeterminación.
En medio de estas tensiones, Bogotá fue escenario de debates y confrontaciones políticas que marcaron el rumbo del país hacia la independencia. Figuras como Antonio Nariño y los líderes del movimiento del 20 de julio desempeñaron un papel crucial en la resistencia contra el dominio español y la búsqueda de un gobierno propio para Colombia.
Hoy en día, Bogotá es una ciudad pujante y cosmopolita que continúa siendo el centro político, cultural y económico de Colombia. Su rica historia y patrimonio cultural son parte fundamental de su identidad, recordándonos que el pasado sigue vivo en cada rincón de sus calles.