El primer centro comercial de Bogotá, conocido como Pasaje Hernández, fue un lugar emblemático que reflejo el inicio de una nueva era comercial en la capital colombiana. Inaugurado el 19 de marzo de 1893, este espacio no solo fue pionero en reunir a diversos comerciantes bajo un mismo techo, sino que también marcó un hito en la modernización y el crecimiento económico de Bogotá.
Origen e Inauguración del Primer centro comercial de Bogotá
El Pasaje Hernández, el primer centro comercial de Bogotá, se construyó en un periodo de transformación y modernización en la ciudad. Su nombre proviene de José de Jesús Hernández, un empresario adinerado de la época que fue uno de sus propietarios. La construcción se inspiró en los pasajes comerciales parisinos, aunque con menos lujo, adaptándose a la realidad bogotana de finales del siglo XIX.
Este centro comercial se ubicó en el centro histórico de Bogotá, cerca de la Plaza de Bolívar. Desde su inauguración, el Pasaje Hernández congregó a comerciantes de diversas nacionalidades, incluidos libaneses y turcos, quienes destacaban por sus negocios textiles. Este lugar no solo facilitaba el comercio de ropa y accesorios, sino que también ofrecía servicios de sastres que confeccionaban trajes a medida, una moda que solo los más ilustres podían permitirse en ese entonces.
Durante sus primeros años, el Pasaje Hernández albergaba diversas tiendas que vendían productos importados de Estados Unidos a precios accesibles, incluyendo el famoso almacén “Un centavo a un peso”. Con el tiempo, este pasaje se convirtió en un símbolo del cambio hacia la modernidad y del creciente capitalismo en Bogotá.
Diseño y Construcción
El diseño arquitectónico del Pasaje Hernández mantiene vestigios de su estilo original en el segundo piso, con características distintivas como puertas de madera gigantes, ventanales amplios, y un balcón circular con manijas de bronce. Estos elementos reflejan la influencia del diseño francés de la época. El techo de vidrio triangular permitía la entrada de luz natural, creando un ambiente iluminado y acogedor para los visitantes.
El segundo piso del pasaje era destinado a oficinas de profesionales como médicos, abogados y contadores, mientras que el primer piso albergaba tiendas y, actualmente, diversos restaurantes. A pesar de las transformaciones sufridas a lo largo de más de un siglo, el Pasaje Hernández sigue siendo un testimonio vivo de la historia comercial de Bogotá.
Impacto Cultural y Social
En sus primeros años, el Pasaje Hernández fue un lugar de reunión para la élite bogotana. Las personas acudían no solo para realizar compras, sino también para socializar, intercambiar ideas y mantenerse al día con las tendencias de la moda y la sociedad. Este centro comercial era famoso por sus sastrerías y modisterías, que atraían a clientes que buscaban prendas exclusivas y a medida.
El pasaje también ha sido testigo de eventos históricos significativos. Se dice que el líder político Jorge Eliécer Gaitán tuvo una oficina en este lugar, lo que le confiere una conexión con la historia política del país. Además, durante la toma del Palacio de Justicia en 1985, algunas víctimas fueron llevadas al pasaje, subrayando su papel en acontecimientos que han marcado la historia colombiana.
A lo largo del tiempo, el Pasaje Hernández ha evolucionado, pero ha mantenido su relevancia cultural. Actualmente, posee una mezcla de comercios que incluyen papelerías y cafeterías, adaptándose a las nuevas demandas del mercado y los cambios en el comportamiento de las personas. Este proceso de adaptación ha permitido que el pasaje siga siendo un punto de interés y actividad del centro de Bogotá.
Visitar el primer centro comercial de Bogotá es una forma de conectarse con la historia y el desarrollo de la ciudad, descubriendo cómo este espacio ha influido en la vida de la capital colombiana.